Un sello para garantizar que la hipoteca que se está a punto de firmar cumple con todos los criterios internacionales que definen un producto financiero verde. Esta es la iniciativa en la que está trabajando la Federación Hipotecaria Europea (EMF, por sus siglas en inglés), un organismo cuyos miembros detienen el 80% del volumen de este tipo de préstamos concedido en el Viejo Continente.
A través de este instrumento, al pedir dinero prestado para comprar una casa nueva que cumpla con las más rigurosas exigencias de eficiencia energética o acometer una reforma que incremente de forma apreciable su sostenibilidad, el usuario soporta un coste inferior al que tendría que pagar si destinara la hipoteca a otros fines.
Imagen:Vivienda sostenible, en Ibiza. Alfonso Calza
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